domingo, 21 de abril de 2013

JOSEP CASANOVAS: CUANDO LA CHAMPIONS SE COME A LA LIGA.

Cuando la Champions se come a la Liga...

Josep Maria Casanovas | 21.04.2013 | 04:05h
QUÉDENSE CON LOS PUNTOS. No fue un partido de fútbol. Fueron noventa minutos jugados por obligación. Hora y media de trámite pensando solo en Múnich. Una especie de cuenta atrás de cara al partidazo contra el Bayern. El único aliciente eran los puntos, sumar tres más de cara a ganar la Liga cuanto antes. Así fue. Con la ley del mínimo esfuerzo, el Barça consiguió la victoria. Un gol de Cesc a siete minutos del final fue suficiente. Nada que reprochar, nada que criticar. Hay que priorizar objetivos. El partido se hizo largo, larguísimo, los minutos no pasaban y la culpa de la ansiedad fue que el día que te regalan un penalti, no lo sabes aprovechar. Sin jugar bien, los de Vilanova fueron superiores al Levante, que tiene el mérito de haberse salvado del descenso mucho antes de lo previsible.

BRAVO POR ABIDAL. Que nadie quiera sacar conclusiones de lo sucedido ayer. Ni nos dejemos impresionar por la goleada del Bayern en campo contrario en la Bundesliga ni nos preocupemos por la monotonía del juego blaugrana. El martes será otra cosa. El subconsciente de los jugadores ya estaba en Alemania. Nadie quería asumir riesgos, nadie malgastó energías. Esta vez Messi no estaba en el banquillo para salvar los muebles. Fue la aparición de Xavi, Pedro y Alexis lo que animó al equipo; una jugada del chileno propició el gol salvador de Cesc. Tito y todo el banquillo lo celebraron con ganas, como un paso de gigante para amarrar la Liga en un par de semanas. Lo mejor fue la actuación de Abidal jugando noventa minutos como central. Estuvo rápido, eficaz y generoso en el esfuerzo. Nadie diría que viene de donde viene. Su coraje y amor propio son admirables.

TODO POR LA CHAMPIONS. Ahora toca aparcar la Liga. Incluso se pueden permitir el lujo de olvidarse del partido del próximo fin de semana en San Mamés. Se jugarán allí tres puntos que al final del campeonato ya verán como son intrascendentes. Durante los próximos diez días la Champions tiene prioridad total y absoluta. La semifinal con el Bayern centra todas las miradas e ilusiones. No vamos de favoritos y eso es positivo. Sabemos que será un hueso muy duro de roer, el peor rival posible, pero a dos partidos el Barça tiene fútbol, corazón y Messi para luchar en igualdad de condiciones. Tenemos confianza y fe en un equipo que nunca nos ha decepcionado.

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