Ajax-Barça: La racha de Tata Martino acaba de mala manera (2-1)
Tras un primer tiempo desastroso, el Barça se estrelló en la zaga holandesa y en su propia impotencia pese a jugar casi toda la segunda parte con diez
Pinto había evitado una goleda mayor antes del descanso y Neymar intentó desequilibrar en la segunda parte, pero sin eficacia
El Barça perdió el primer partido de la temporada / FOTO: CLAUDIO CHAVES
Joan Poquí 26/11/2013 22:57
El Barça ha salido humillado en su primera visita oficial al campo del Ajax.
El conjunto holandés pudo conseguir una goleada de escándalo en el
primer tiempo y ha aguantado con diez casi toda la segunda pese al
penalti transformado por Xavi en el primer minuto de la
reanudación. Sin ritmo, con muchas dificultades en la elaboración de
juego, el Barça ha sido una sombra de sí mismo y tendrá que esperar a la
última jornada para asegurarse el primer puesto en el grupo H de la
Champions.
El Ajax fue como un rodillo que aplastó en un primer tiempo indigno de los azulgrana. Salieron sin complejos ante un rival mucho más experimentado y lo acorralaron. La presión fue del Ajax y el Barça, durante veinte minutos, fue incapaz de elaborar jugadas de más de dos pases seguidos. Un desastre.
Pinto evitó males mucho mayores. Ya a los once minutos frustró el que podía haber sido un tempranero 1-0, al detener un disparo de Fischer, que remató completamente solo en el área un centro de Schöne, una pesadilla por el lado izquierdo de la defensa azulgrana. El meta andaluz no pudo hacer nada poco después, a los diecinueve, cuando Serero, llegando desde la segunda línea, remató después de una dejada de tacón de Hoesen a centro desde la derecha de Schöne.
El propio Schöne tuvo el segundo tres minutos después, pero disparó alto. Y a los treinta y dos puso a prueba de nuevo a Pinto, que rechazó.
El desastre se completó a cuatro minutos del descanso, cuando Hoesen (el autor de la asistencia de tacón del 1-0), marcó tras recoger un rechace de Pinto, que en definitiva se fue al descanso habiendo evitado lo que pudo haber sido una humillación histórica en cuarenta y cinco minutos.
Y es que el Barça no existió. Dio alguna señal de vida a través de algún malabarismo de Neymar, cuyo marcador, Van Rhijn, tuvo constantes ayudas de los centrales y de los interiores, muy trabajadores en todo momento, o de los intentos de Iniesta por arreglar el desaguisado apareciendo por todo el campo.
Pero la presión del Barça que Martino había demandado en la ida no era buena, no había movilidad, el centro del campo era un coladero y la defensa no enlazaba dos pases. El Ajax se encontró sendas autopistas por las bandas, donde Puyol y Montoya vivieron un auténtico calvario, y además el trabajo de sus interiores encontró espacios por donde llegar al área de Pinto.
Hubo opciones para marcar, sí: un chut de Cesc, aún con 0-0, tras centro de Pedro y un primer rechace cuando iba a rematar Neymar, un remate demasiado cruzado del brasileño y una falta lanzada por Xavi en el último minuto del primer tiempo que casi llega a rematar Neymar. Fueron jugadas aisladas que podrían haber ayudado a creer en la reacción.
El partido resucitó por obra y gracia de Van Rhijn, que cometió un error garrafal en un pase hacia atrás y obligó a Veltman, hasta ese momento un central más que solvente, a cometer penalti sobre Neymar, que se aprovechó y encaraba al meta. El defensa podría haberse ahorrado la falta teniendo en cuenta el marcador de 2-0, pero hizo penalti y vio roja directa. Xavi transformó el penalti y el escenario de golpe había cambiado del todo.
Neymar se dispuso entonces a desempeñar el rol de crack desequilibrante que se espera de él, sobre todo en ausencia de Messi. Buscó a Iniesta y entre ambos trataron de desarmar a un Ajax atrincherado. Neymar remató mal una contra tras un córner del Ajax y poco después intentó una vaselina que el meta Cillesen desvió a córner por poco. El Barça en pleno se movía mejor,con más cohesión entre líneas y con un Xavi que entraba más en juego, pero aun así las ocasiones no acabaron de llegar.
Ante el asedio azulgrana, el paso de los minutos fue haciendo más fuerte al Ajax en su defensa. Martino recurrió, como revulsivos, a Sergi Roberto y a dos jugadores del filial y del juvenil, respectivamente: Patric y Adama.El Ajax incluso se atrevió a salir a la contra y llegó a forzar a Pinto a driblar en el área para sacar un balón jugado con el pie.
La impotencia azulgrana se tradujo en subidas de Piqué a la desesperada, posesiones del Ajax en los córners del campo del Barça y un estruendo final en el Amsterdam Arena en cuanto el árbitro señaló el final del partido.
El Ajax fue como un rodillo que aplastó en un primer tiempo indigno de los azulgrana. Salieron sin complejos ante un rival mucho más experimentado y lo acorralaron. La presión fue del Ajax y el Barça, durante veinte minutos, fue incapaz de elaborar jugadas de más de dos pases seguidos. Un desastre.
Pinto evitó males mucho mayores. Ya a los once minutos frustró el que podía haber sido un tempranero 1-0, al detener un disparo de Fischer, que remató completamente solo en el área un centro de Schöne, una pesadilla por el lado izquierdo de la defensa azulgrana. El meta andaluz no pudo hacer nada poco después, a los diecinueve, cuando Serero, llegando desde la segunda línea, remató después de una dejada de tacón de Hoesen a centro desde la derecha de Schöne.
El propio Schöne tuvo el segundo tres minutos después, pero disparó alto. Y a los treinta y dos puso a prueba de nuevo a Pinto, que rechazó.
El desastre se completó a cuatro minutos del descanso, cuando Hoesen (el autor de la asistencia de tacón del 1-0), marcó tras recoger un rechace de Pinto, que en definitiva se fue al descanso habiendo evitado lo que pudo haber sido una humillación histórica en cuarenta y cinco minutos.
Y es que el Barça no existió. Dio alguna señal de vida a través de algún malabarismo de Neymar, cuyo marcador, Van Rhijn, tuvo constantes ayudas de los centrales y de los interiores, muy trabajadores en todo momento, o de los intentos de Iniesta por arreglar el desaguisado apareciendo por todo el campo.
Pero la presión del Barça que Martino había demandado en la ida no era buena, no había movilidad, el centro del campo era un coladero y la defensa no enlazaba dos pases. El Ajax se encontró sendas autopistas por las bandas, donde Puyol y Montoya vivieron un auténtico calvario, y además el trabajo de sus interiores encontró espacios por donde llegar al área de Pinto.
Hubo opciones para marcar, sí: un chut de Cesc, aún con 0-0, tras centro de Pedro y un primer rechace cuando iba a rematar Neymar, un remate demasiado cruzado del brasileño y una falta lanzada por Xavi en el último minuto del primer tiempo que casi llega a rematar Neymar. Fueron jugadas aisladas que podrían haber ayudado a creer en la reacción.
El partido resucitó por obra y gracia de Van Rhijn, que cometió un error garrafal en un pase hacia atrás y obligó a Veltman, hasta ese momento un central más que solvente, a cometer penalti sobre Neymar, que se aprovechó y encaraba al meta. El defensa podría haberse ahorrado la falta teniendo en cuenta el marcador de 2-0, pero hizo penalti y vio roja directa. Xavi transformó el penalti y el escenario de golpe había cambiado del todo.
Neymar se dispuso entonces a desempeñar el rol de crack desequilibrante que se espera de él, sobre todo en ausencia de Messi. Buscó a Iniesta y entre ambos trataron de desarmar a un Ajax atrincherado. Neymar remató mal una contra tras un córner del Ajax y poco después intentó una vaselina que el meta Cillesen desvió a córner por poco. El Barça en pleno se movía mejor,con más cohesión entre líneas y con un Xavi que entraba más en juego, pero aun así las ocasiones no acabaron de llegar.
Ante el asedio azulgrana, el paso de los minutos fue haciendo más fuerte al Ajax en su defensa. Martino recurrió, como revulsivos, a Sergi Roberto y a dos jugadores del filial y del juvenil, respectivamente: Patric y Adama.El Ajax incluso se atrevió a salir a la contra y llegó a forzar a Pinto a driblar en el área para sacar un balón jugado con el pie.
La impotencia azulgrana se tradujo en subidas de Piqué a la desesperada, posesiones del Ajax en los córners del campo del Barça y un estruendo final en el Amsterdam Arena en cuanto el árbitro señaló el final del partido.
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