Barça: Fieles a su estilo

El mensaje de Luis Enrique ha calado en el vestuario: hay que ganar y convencer jugando al ataque

Posibles alineaciones del Barça y del Ajax del partido de Champions infografía: Marc Creus / Fabian Cabrera

Ivan San Antonio

5-11-2014 | 04:05 H.

Ganar. Y además hacerlo siendo fiel al estilo Barça, es decir, dominando el partido, siendo el absoluto monopolizador del juego, combinando con rapidez en el mediocampo y siendo eficaces arriba. Ese fue el libro estilo con el que Guardiola implantó su dictadura futbolística durante casi un lustro y que Luis Enrique intenta recuperar a su manera.
Hoy en el Arena de Amsterdam se ha de ver otro equipo que el que ha dibujado el técnico asturiano en los dos últimos partidos. En Madrid alineó un once de peloteros pero sin contundencia en el mediocampo, mientras que ante el Celta puso sobre el tapete un once físico, pero sin talento con el balón. Resultado final en ambos casos: derrota.
Con estos antecedentes tan peligrosos como desconcertantes se presenta esta noche el FC Barcelona en Amsterdam. Con la obligación proritaria de sacar los tres puntos con el fin de garantizarse la clasificación para los octavos final de Champions –sobre todo si el Nicosia no gana en su partido en París– y además con la exigencia de hacerlo ofreciendo una buena imagen, siendo superior al rival y exhibiendo buen juego.
Luis Enrique lleva dos meses y medio de competición y desgraciadamente aún no ha dado con la tecla que dé paso a la sinfonía perfecta. Mimbres tiene de sobras –no en vano el club blaugrana fue después del Manchester United el que más dinero sacó de la caja fuerte para hacer frente a los fichajes este verano–, pero el técnico sigue navegando entre dos aguas, con el reto de lograr el equilibrio entre el juego de posesión y el más directo. El día que logre el equilibrio perfecto entre dos estilos tan diferentes, el Barcelona empezará a dar pasos agigantados hacia los títulos. El problema es que no llegue demasiado tarde a encontrar esa tecla.
Y eso que Luis Enrique empezó con muy buenas sensaciones, sobre todo atrás, donde el equipo no solo no encajaba goles sino que apenas le creaban ocasiones. No fue hasta el primer partido importante del curso, precisamente en la Champions ante el PSG en París, cuando el equipo mostró todas sus carencias atrás y por ende también delante. Depende demasiado de la eficacia goleadora de Neymar y Messi, y atrás sigue haciendo múltiples combinaciones en busca de consolidar la defensa. Más grave es en el mediocampo –sala de máquinas y brújula del equipo– donde la aportación de jugadores como Rakitic o Rafinha todavía no ha acabado de cuajar.
Muchos asuntos pendientes que ha de empezar a resolver el técnico asturiano si no quiere acabar devorado por Saturno. El problema o la ventaja es que en el Barcelona no hay tiempo para las lamentaciones porque tras un partido llega otro casi de forma consecutiva. Así pues, tiene hoy la oportunidad de convertir el partido ante el Ajax en Amsterdam como una auténtica catársis colectiva para disipar todas las dudas que han generado los últimos resultados. El técnico ya lo hizo en parte el día después de la derrota ante el Celta en el Camp Nou cuando citó a toda la plantilla dentro del vestuario para convocar una cumbre urgente en busca de corregir y aclarar conceptos. En dicha reunión, que SPORT informó en exclusiva, se constató que la plantilla está a muerte con su entrenador y que aún tiene mucho recorrido por delante.
Ahora mismo, en todo caso, la prioridad es dar un paso adelante, mejorar la imagen ofrecida en estos dos últimos partidos, ganar si puede ser dominando el partido y siendo fiel al estilo Barça, que daría además la clasificación en octavos de la Champions, mirando de paso de reojo al PSG que si gana al Apoel en casa seguirá siendo primero de grupo, por lo que seguramente se decidiría el primer puesto en el Camp Nou en la última jornada.
Está claro además que jugadores como Messi, Neymar, Xavi, Busquets, Piqué, Alves, Alba, Mascherano o hasta el propio Luis Suárez llegan a este partido con el orgullo herido tras las muchas críticas que se han vertido sobre el juego y el rendimiento del equipo. Es el momento de responder en el campo, como solo ellos saben hacerlo, a base de buen juego, posesión, intensidad y goles. El resto seguramente ya vendrá solo.