jueves, 24 de enero de 2019

SEVILLA 2-0 BARÇA. COPA DEL REY 2019

Mal trago blaugrana en el Pizjuán

El Sevilla fue superior a un Barça con demasiados cambios en su once titular

Los andaluces sorprendieron con dos acciones aisladas que acabaron Sarabia y Ben Yedder

 La defensa del Barça se durmió... y Ben Yedder lo aprovechó para hacer el 2-0 | LALIGA
El Sánchez Pizjuán es un estadio especial, huele especial, como la ciudad. Es un campo educado, intenso cuando requiere la ocasión, pero educado, muy educado. Y cuando suena su himno oficioso, que canta sin música, eso que se llama "a capela", ese pedazo de estadio rojo ruje a lo grande. Vamos, que mola mucho. Si pueden, no se lo pierdan. Aunque el culé se marchara con un 2-0 más o menos merecido, vale la pena.
FICHA TÉCNICA
SEVILLA
2-0
FC BARCELONA

SEVILLA

Soriano, Mercado, Kjaer, Sergi Gómez, Navas (André Silva, 69'), Banega, Amadou, Sarabia (Franco Vázquez, 65'), Escudero (Arana, 88'), Promes y Ben Yedder.

FC BARCELONA

Cillessen, Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Semedo (Jordi Alba, ,80'), Rakitic, Arthur, Aleñá, Vidal, Malcom (Coutinho, 53') y Prince Boateng (Suárez, 53').

GOLES

1-0, Sarabia (57'). 2-0, Ben Yedder (77').

ÁRBITRO

Del Cerro Grande (colegio madrileño). T.A.: Sergi Gómez (73')/Jordi Alba (84').

INCIDENCIAS

Partido correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el Sánchez Pizjuán ante 41.000 espectadores..
Porque, evidentemente, defienden lo suyo, que es llevar a su Sevilla a las semifinales de la Copa del Rey, esa que perdieron el año pasado en la final ante el Barça, en el Wanda Metropolitano (otro de esos campos especiales). Aquel día, hace ya mucho, Iniesta obró su última gran obra y se fue para Japón sabiendo que nadie juega al fútbol como él. Varios meses más tarde, su heredero se llama Arthur Melo y viene de Brasil. El día que debutó como titular Kevin Prince Boateng el protagonista, sin destacar pero destacando, fue Arthur. La razón es simple: la cabra llama al monte.
Jugaron Aleñá, que fue de los pocos que acompañaron al brasileño, jugó Piqué, que intentó poner su granito de arena y durante mucho rato lo hizo, estuvo también de latera derecho Sergi Roberto, que habla el mismo idioma... En fin, que había un equipo que sabe lo que es el Barça, pero fue una mezcla. La que formaron estos futbolistas junto a Kevin Prince Boateng, todo carácter, Arturto Vidal, que es todo carácter y más, y Malcom, que no se sabe exactamente qué es.
Luego dejó el campo Sarabia por Vázquez, pero el partido no cambió, sino que se intensificó para el Sevilla.
La mejor ocasión del Barça, de hecho, fue de Malcom, que reccionó mal a un gran pase de Arthur (el seny y la rauxa) para evitar que su equipo se avanzara en el marcador. Luego La tuvo  Ben Yedder, el mejor del Sevilla. Fue un primer tiempo malo, flojo por parte de ambos, sin ocasiones, sin nada que llevarse a la boca. Pero un primer tiempo de Copa, que siempre apetece.
La segunda mitad arrancó algo similar, sin nada que llevarse a la boca. Las pipas de los tenderetes ambulantes que dan color al exterior del estadio y poco más. Dentro del césped, una ocasión de Amadou. Hasta que el flamenco que insinúan las gradas se convirtieron en chumba chumba con el gol de Sarabia, que aprovechó un centro para batir a Cillessen de primeras. El Sevilla se puso por delante, así que al Barça le tocaba remar sin agua.
El Barça jugó un mal partido en el Sánchez Pizjuán | VALENTÍ ENRICH
El partido requería algo. Un cambio, un revulsivo. El partido gritó a Valverde que así no podía seguir cuando Malcom, perdió un balón que casi costó el segundo. El brasileño tuvo su día de gloria en Milán contra el Inter, cuando empató un partido que el Barça perdía. Pero en el Barça está prohibido vivir de eso. Así que el Txingurri dijo basta. Entró Suárez por Boateng y Coutinho por Malcom. El partido cambió y Cou pudo hacer el empate. Volvamos a empezar.
Pero el Barça no acabó de sentirse nunca cómodo en Sevilla, donde jugó a ratos, a arreones, como si supiese que la vuelta era en el Camp  Nou, donde todo fluye. Esa sensación provocó que Ben Yedder acertara a hacer el segundo aprovechando un tiro que parecía un centro que pudo ser un disparo (vete a saber) para hacer el segundo. Más difícil todavía. Morir en la orilla sería demasiado benévolo para explicar lo que hizo el Barça, que salió sin conocerse al campo y que deberá echar mano de la épica para remontar.

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