El Barça supo sufrir para estrenarse a domicilio
El conjunto blaugrana se llevó los tres puntos del Estadio de la Cerámica en un partido de extremo sufrimiento
De Jong, Memphis y Coutinho marcaron los tantos culés en una noche en la que el resultado pasó por encima del juego
El Barça de Xavi llegaba al Estadio de la Cerámica en proceso de crecimiento. El conjunto blaugrana tenía la misión de seguir aumentando su capacidad competitiva mientras, como si fuera un trapecista de circo, realizaba acrobacias en su peliagudo intento de compaginar un juego cuidado, ‘mimado’ incluso, con la inevitable obediencia a la dictadura de los resultados. Contra el Villarreal, el conjunto barcelonista dio la espalda a su plan, modificó su discurso, negoció su idea y no mereció la primera victoria de la temporada a domicilio lejos del Camp Nou. Pero la consiguió. Porque el fútbol puede ser muy caprichoso. Los goles de Frenkie de Jong, Memphis Depay y Philippe Coutinho certificaron el triunfo culé en un partido de extremo sufrimiento.
FICHA TÉCNICA
VIL
1-3
FCB
Villarreal
Gerónimo Rulli; Juan Foyth, Raúl Albiol, Pau Torres, Alfonso Pedraza (Pervis Estupiñán, 65'); Manu Trigueros (Dani Raba, 84'), Étienne Capoue, Dani Parejo, Moi Gómez; Yéremi Pino (Samuel Chukwueze, 65'), Arnaut Danjuma.
FC Barcelona
Marc-André ter Stegen; Eric Garcia, Ronald Araujo, Gerard Piqué, Jordi Alba (Óscar Mingueza, 71'); Sergio Busquets, Nico González (Philippe Coutinho, 80'), Frenkie de Jong; Ez Abde (Dembélé, 66'), Memphis Depay, Gavi.
Goles
0-1, De Jong (min.48); 1-1, Chukwueze (min.76); 1-2, Memphis (min.88); 1-3, Coutinho (min. 94).
Árbitro
César Soto Grado (comité riojano). Amonestó a Yéremi Pino y Dani Raba (Villarreal) y a Jordi Alba y Gerard Piqué (Barça).
Incidencias
Partido correspondiente a la decimoquinta jornada de la Liga Santander, disputado en el Estadio de la Cerámica ante 23.000 espectadores.
Abde entendió el mensaje de Xavi. El técnico culé pidió atrevimiento a sus futbolistas y el extremo marroquí, que fue titular por primera vez, no pudo ser más osado. En un escenario de máxima exigencia, el joven futbolista exhibió personalidad y desborde. Fue el gran protagonista de un gran inicio visitante comandado por Sergio Busquets, escandaloso, y Frenkie de Jong, omnipresente, desde el centro del campo. También por Nico y Gavi, que fueron clave en la presión tras pérdida, y por un inconmensurable Araujo que anuló a Danjuma, transmitió solidez absoluta y tranquilizó a un Eric Garcia que empezó el encuentro con dudas y con un error grave que, si no hubiera sido por Piqué, que desvió el disparo de la ‘serpiente’ del Villarreal con unas polémicas manos, podría haberse traducido en gol ‘groguet’.
En el primer cuarto de hora de juego, Abde estrelló un balón larguero con un remate de cabeza, Gavi se topó con el poste izquierdo en un disparo cruzado con la zurda y Memphis perdonó dos ocasiones claras que ‘desnudaron’ su bajo nivel de confianza. Primero con un chut muy desviado y después con un error imperdonable tras un ‘regalo’ de De Jong, el delantero neerlandés fue una sombra de la versión que ilusionó al barcelonismo en los primeros compases de la temporada. Las sensaciones eran extraordinarias. Pero, incomprensiblemente, el Barça ‘desapareció’ a partir del minuto 18. El Villarreal se atrevió a negociarle el balón y lo consiguió: dominó, generó oportunidades y pisó con mucho peligro el área de un Ter Stegen que alternó alguna intervención providencial con alguna mala salida y varias acciones dudosas. Eric Garcia sufrió como lateral derecho y se sintió algo desamparado. Solo Araujo y Piqué evitaron que el marcador fuera favorable a los locales en el descanso.
Gran resultado en una fría noche de sufrimiento
La tuvieron Pau Torres, con un remate de cabeza que no encontró portería por muy poco, Danjuma, que no aprobó una asignatura, la de la efectividad, en la que suele brillar, y Alfonso Pedraza, que intentó una volea potente en el segundo palo que no fue entre los tres palos. El Villarreal hizo méritos para adelantarse, pero recordó al Barça que no es el único equipo de la Liga poco contundente en las áreas.
Los de Xavi agradecieron como agua de mayo el descanso y aprovecharon los primeros instantes de la segunda mitad para golpear. Jordi Aba centró un balón desde la banda izquierda que Memphis no pudo convertir en gol por culpa de Rulli. DeJong, llegando desde segunda línea, recogió el rechace y se apuntó el primer tanto de la fría noche. El árbitro anuló el gol por un fuera de juego que no existía y que el VAR se encargó de validar. La diana descolocó a un Villarreal al que le costó reaccionar, en buena medida por culpa de la mejoría de la presión visitante. Unai Emery, rápido, movió el banquillo y dio entrada a Chukwueze para revolucionar el compromiso. Lo consiguió. El nigeriano incordió a la defensa azulgrana y no paró hasta que consiguió igualar el marcador. Lo hizo en una jugada muy rápida en la que el Barça fue extremadamente frágil.
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Las entradas de Dembélé y Coutinho no calmaron los ánimos locales. El Villarreal buscó con mucha insistencia el gol de la victoria mientras el Barça, incrustado en su propio campo, no se reconocía a sí mismo ni practicaba el fútbol que había lucido desde la llegada de Xavi. Pero entonces llegó una jugada puntual para cambiarlo todo. Un balón en largo acabó en las botas de Memphis Depay y el neerlandés, con mucha frialdad, batió a Rulli. Philippe Coutinho, de un penalti que provocó él mismo, sentenció el duelo en el descuento y el equipo culé consiguió la primera victoria a domicilio de la temporada en la Liga. No fue merecida, quizás. Pero el atrevimiento final y la capacidad de sufrimiento valieron mucho más que tres puntos.
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