Puyol piensa en dejarlo
Ya ha confesado a miembros del staff y compañeros que se plantea la retirada
La rodilla derecha no le responde y no quiere seguir jugando en malas condiciones
Decidirá en breve y no hay que descartar que fiche por un club de una liga menor
Carles Puyol, capitán del FC Barcelona / FOTO: Claudio Chaves - MD
El final de la extraordinaria etapa azulgrana de Carles Puyol puede estar mucho más cerca de lo que desearían los culés y el propio capitán. Pese a que el de La Pobla
nunca ha escondido su anhelo para alcanzar los 40 años sobre el césped,
la rodilla derecha no le responde como exige un gran equipo como el
Barça, sus sensaciones en las carreras, los movimientos y los giros
tampoco son buenas y por todo ello se está planteando la posibilidad de
dejar el club e incluso colgar las botas al término de la presente
campaña.
Puyol, de 35 años, lleva semanas dándole vueltas al asunto y ya ha compartido sus pensamientos con su círculo más cercano en el vestuario, algunos jugadores y miembros del staff. El defensa resolverá su futuro en los próximos meses y dependerá de cómo evolucione su estado físico. Si no mejora mucho, lo más probable es que abandone. Porque a pesar de su deseo de prolongar varios años más su carrera, Puyol siempre ha tenido muy claro que no se arrastrará por los campos de fútbol. O está para competir al máximo nivel o no está.
Su primera decisión será si sigue o no en el Barça. Y la segunda, si sigue o no en el fútbol. El central podría alargar su carrera en ligas menores, como Qatar o Estados Unidos, donde su pareja, y madre del hijo que espera, Vanesa Lorenzo, tiene un piso. En Nueva York, en el barrio de Nolita. Su próxima paternidad también podría ser un factor que acelerara su adiós.
Puyol ha sufrido muchísimas lesiones estos últimos años, aunque son las de la rodilla derecha las que le impiden ahora rendir a su nivel habitual. No por el dolor, porque su umbral es infinito, sino porque el tiempo que necesita para recuperarse de los esfuerzos y de los golpes cada vez es mayor. Y en el fútbol de elite, los esfuerzos y los golpes son continuos y duros.
Debía reaparecer en un mes, según las previsiones médicas, y empezar la pretemporada a finales de julio, pero la recuperación se complicó y recibió el alta el 18 de octubre, la víspera del desplazamiento a Pamplona. Y desde entonces, sólo ha disputado cinco encuentros (Osasuna, Celta, Betis, Ajax y Cartagena), aunque todos de inicio y completando los noventa minutos excepto en Amsterdam (68'), donde exhibió su innegable compromiso cuando accedió a jugar de lateral cuando Martino se lo preguntó. Éste es Puyol. Un ejemplo. Si se va, se le echará de menos.
Puyol, de 35 años, lleva semanas dándole vueltas al asunto y ya ha compartido sus pensamientos con su círculo más cercano en el vestuario, algunos jugadores y miembros del staff. El defensa resolverá su futuro en los próximos meses y dependerá de cómo evolucione su estado físico. Si no mejora mucho, lo más probable es que abandone. Porque a pesar de su deseo de prolongar varios años más su carrera, Puyol siempre ha tenido muy claro que no se arrastrará por los campos de fútbol. O está para competir al máximo nivel o no está.
Su primera decisión será si sigue o no en el Barça. Y la segunda, si sigue o no en el fútbol. El central podría alargar su carrera en ligas menores, como Qatar o Estados Unidos, donde su pareja, y madre del hijo que espera, Vanesa Lorenzo, tiene un piso. En Nueva York, en el barrio de Nolita. Su próxima paternidad también podría ser un factor que acelerara su adiós.
Puyol ha sufrido muchísimas lesiones estos últimos años, aunque son las de la rodilla derecha las que le impiden ahora rendir a su nivel habitual. No por el dolor, porque su umbral es infinito, sino porque el tiempo que necesita para recuperarse de los esfuerzos y de los golpes cada vez es mayor. Y en el fútbol de elite, los esfuerzos y los golpes son continuos y duros.
Un calvario de año y medio
El 5 de mayo de 2012, Puyol fue sometido a una artroscopia enla rodilla derecha que le impidió conquistar su segunda Eurocopa, la de Ucrania y Polonia. El pasado 15 de marzo, tras el 4-0 del Barça al Milan, el capitán encadenó la segunda en menos de un año para solucionar los problemas de cartílago que arrastraba desde hace varias temporadas. Y solo tres meses después, el 19 de junio, volvió a entrar en un quirófano para que el doctor Monllau le extirpara un quiste de Baker, que, según explicó el doctor Ricard Pruna, "le causaba dolor, le limitaba la extensión completa de la rodilla y le impedía competir con garantías".Debía reaparecer en un mes, según las previsiones médicas, y empezar la pretemporada a finales de julio, pero la recuperación se complicó y recibió el alta el 18 de octubre, la víspera del desplazamiento a Pamplona. Y desde entonces, sólo ha disputado cinco encuentros (Osasuna, Celta, Betis, Ajax y Cartagena), aunque todos de inicio y completando los noventa minutos excepto en Amsterdam (68'), donde exhibió su innegable compromiso cuando accedió a jugar de lateral cuando Martino se lo preguntó. Éste es Puyol. Un ejemplo. Si se va, se le echará de menos.
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