El 'Barça B' no da la talla
El FC Barcelona se diluyó tras una buena primera parte en la que brillaron Aleñá, Riqui y Wague
La segunda batería de Valverde no respondió y el Celta sentenció con goles de Maxi López y Iago Aspas, de penalti
Inmerso en la pelea por mantener la categoría, los tres puntos eran vitales para el conjunto celeste. Y como suele ocurrir en estos casos, el equipo más necesitado es el que se lleva el gato al agua.
Y así fue. Los canteranos culés dejaron una buena imagen, especialmente en la pimera parte, pero la segunda batería de Valverde no dio señales de vida. Dembélé volvió a lesionarse y el Barça acabó a merced de un Celta que selló la victoria con goles de Maxi Gómez y Iago Aspas, de penalti.
Sobre el césped de Balaídos se echó en falta la solvencia en la salida de balón de Gerard Piqué, las rupturas al espacio de Jordi Alba, la sed de gol de Luis Suárez y, muy especialmente, la genialidad de Leo Messi. Aún así, se vio un Barça muy reconocible.
El once construido por Valverde mostró jerarquía, movió el balón con criterio y empujó al Celta hacia su área, como si fuera el equipo necesitado de puntos.
Y eso que los blaugrana tuvieron que sobreponerse a un inesperado contratiempo: la temprana lesión de Ousmane Dembélé, la tercera consecutiva, que compromete muy seriamente su concurso en Liverpool y probablemente en lo que queda de temporada.
Un omnipresente Carles Aleñá tomó la responsabilidad, secundado por un deshinibido Riqui Puig y un incisivo Moussa Wague.
El de Mataró salió a comerse el cesped. Presionó por todo el campo, buscó el área de Rubén y ayudó a Arthur en la construcción del juego, dejando una nueva instancia a ser titular en un futuro inmediato.
Los dos futbolistas del filial volvieron a demostrar que tienen un puesto en el primer equipo también a corto plazo.
El dominio territorial, sin embargo, no se tradujo en ocasiones de gol, porque delante no había el desequilibrio que aportan los 'cracks'.
Boateng estuvo participativo, pero dejó claro que no está para muchos trotes. Malcom intentó cositas, pero no acabó ninguna. Y Àlex Collado salió con chispa, pero se mostró demasiado prudente.
Pese a algunas imprecisiones en la salida de balón, el Celta no inquietó el área de Jasper Cillessen hasta la media hora, cuando Hugo Mallo metió un centro envenenado al que no llegó Maxi Gómez por centímetros.
El VAR entra en acción
De hecho, el primer susto para el meta blaugrana no llegó hasta el segundo tiempo, cuando el VAR anuló un gol a Araujo por fuera de juego. Cabral ganó el salto a la defensa del Barça a la salida de un córner, Cillessen repelió como pudo el cabezazo, pero dejó el cuero muerto en el área. Araujo remachó, pero su posición en el inicio de la jugada era ilegal.Esta acción espoleó a un Celta que se creció en la misma progresión con la que el Barça perdía fuelle. Valverde intentó reequilibrar las fuerzas dando entrada a Arturo Vidal, pero los locales aprovecharon una momentánea inferioridad numérica blaugrana para adelantarse en el marcador.
Con Jean Claude Todibo atendido fuera del terreno de juego y Arturo Vidal como improvisado central, Maxi Gómez le ganó la partida al chileno para 'cazar' un centro de Boudebouz al primer palo.
Fue el principio del fin de un Barça que se diluyó como un azucarillo y que acabó recibiendo un segundo gol después de un penalti por manos de Wague detectado por el VAR. Iago Aspas no falló y selló la victoria para tranquilidad de la parroquia celeste, que ya acaricia la permanencia.
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