El Barça reacciona demasiado tarde y se queda sin Copa
El Valencia supera al equipo de Valverde con goles de Gameiro y Rodrigo y celebra el título en el año de su centenario
Messi acortó distancias en la segunda parte pero el Barça se quedó sin fuerzas en un agónico final de partido
FICHA TÉCNICA
FCB
1-2
VAL
FC Barcelona
Cillessen, Semedo (Arturo Vidal, min. 45), Piqué,
Lenglet, Jordi Alba, Busquets, Rakitic (Aleñá, min. 75), Arthur (Malcom,
min. 45), Sergi Roberto, Coutinho y Messi.
Valencia CF
Jaume, Wass, Gabriel Paulista, Garay, Gayà, Parejo
(Kondogbia, min. 63), Coquelin, Soler, Guedes, Rodrigo (Diakhaby, min.
87) y Gameiro (Piccini, min 71)
Goles
0-1, min. 21: Gameiro recibe un pase de Gayá y fusila a
Cillessen. 0-2, min. 33 Soler supera a Alba y centra para que Rodrigo
remate de cabeza a puerta vacía. 1-2, min. 73. Messi aprovecha un
rechace de Jaume tras un remate de Busquets.
Árbitro
Undiano Mallenco (comité navarro). Amonestó con
cartulina amarilla a a a Gayà (min. 53), Piqué (min. 53), Kondogbia
(min.70), Arturo Vidal (min. 88),
Incidencias
Final de la 117ª Copa del Rey, disputada en el Benito Villamarín de Sevilla ante 53.698 espectadores.
coutinho y sergi roberto, poca aportación en ataque
En el arranque del choque, el Barça se adueñó del balón con claridad: pero fueron posesiones planas, sin peligro ni vértigo. Ni Coutinho ni Sergi Roberto, acompañantes de Messi en el ataque, le dieron al equipo lo que necesitaba: no hubo desborde ni juego por bandas ni remate de media distancia más allá del '10'.Fue un respiro para un Valencia muy cómodo en su cueva. Sin embargo, un clamoroso error de Lenglet permitió a Rodrigo plantarse ante Cillessen y rematar a puerta vacía, antes de Piqué salvase el gol de manera casi milagrosa.
En su primer ataque largo, el Valencia embocó. Acertó Gayà profundizando por su banda y regalando el balón a la incorporación de Gameiro: el francés controló, amagó, dejó a Jordi Alba casi sentado y fusiló a Cillessen. El mismo Valencia que había empezado la temporada desesperado por su falta de gol vio puerta a las primeras de cambio y sin necesidad de tener el balón. El guion de Marcelino empezaba a cumplirse.
El Barça reaccionó con tibieza: en las caras de los jugadores y del entrenador había resignación y aturdimiento, más que rabia o rebeldía. Solo Piqué parecía ponerle corazón a un equipo inerme, incapaz de hacer circular el balón con rapidez, jugar por las bandas o buscar profundidad.
Demasiado plano, el Barça buscaba una y otra vez la inspiración de Messi, siempre bien tapado por la defensa del Valencia. El equipo ‘che’, reforzado por el gol de Gameiro, empezó a verse ganador de la final: suyos fueron los balones divididos y los duelos individuales. De la parte 'che' del Villamarín salía un grito convertido en un acto de fe, '¡sí se puede!'.
Un contragolpe de libro
Más aún cuando a la media hora de partido el Valencia marcó el segundo. Lo hizo en un contragolpe de libro, firmado por Carlos Soler (superó sin piedad a Jordi Alba en la carrera) y rubricado por el remate a puerta vacía de Rodrigo, que solo tuvo que poner la cabeza al centro de su compañero.Explotó de alegría el banquillo del Valencia mientras Valverde miraba al vacío, nuevamente incapaz de dar con la tecla, buscando respuestas para explicar por qué el Barça sigue cayendo en picado.
En un tímido arranque de orgullo, el Barça se estiró en los últimos minutos del primer tiempo: Messi estuvo apunto de acortar distancias con un potente disparo de media distancia que Jaume despejó. Poco después, Rakitic no pudo aprovechar un rechace del meta valencianista para marcar. Aleñá, Malcom y Arturo Vidal ya calentaban en la banda.
dos cambios al descanso: el barça reacciona
El Barça necesitaba cambios con urgencia y Valverde no esperó: en el descanso entraron al campo Malcom y Arturo Vidal. Se quedaron en la caseta Semedo y Arthur.La decisión revitalizó al equipo: el Barça despertó'para volver a encerrar al Valencia. Malcom aportó desborde y juego al espacio. El Barça le puso otra marcha al partido y Messi lo agradeció: el argentino rozó el gol en un extraordinario remate con el exterior del pie que se estrelló en el palo derecho de Jaume. Arturo Vidal, encargado de darle oxígeno al equipo, tampoco acertó en la segunda jugada.
El Valencia se agarró a su excelente condición física para sobrevivir a la tormenta. Marcelino colocó a Kondogbia para suplir a Parejo, exhausto y tocado. A falta de media hora para el final del partido, el plan estaba claro: apretaba el Barça, convertido en pura pasión, con corazón pero sin demasiado orden. Y se defendía con uñas y dientes el Valencia.
Messi marcó a la salida de un córner, tras un rechace de Jaume a un remate de cabeza de Busquets. El gol espoleó aún más al Barça y transformó el partido en un duelo volcánico, con un Barça volcado y un Valencia heroico, dispuesto a defender su renta a muerte.
Valverde quemó sus naves: sacrificó a Rakitic (enorme cabreo el del croata al ser sustituido) para apostar por Aleñá. Pero más que un plan, el Barça tuvo el orgullo que no había mostrado durante todo el primer acto. Arturo Vidal fue un delantero centro improvisado, casi tanto como Piqué: fue un maravilloso caos táctico, uno de esos tramos de partidos que el espectador neutral disfruta a o grande. Para los culés y los valencianistas fueron minutos de agonía.
un final agónico
Ya en el descuento, Guedes se plantó solo ante Cillessen mientras el Barça asediaba al Valencia, pero el portugués erró el remate. Apenas un minuto después también falló, incluso ya con Cillessen fuera de su marco, de excursión al área rival.De nada sirvió. El Barça remó y remó, pero es un equipo plano, sin un plan de juego. Por no tener, no tuvo ni delantero centro en la final de Sevilla, amargo punto final a una temporada más agria que dulce. El campeón de Liga había llegado al Villamarín dispuesto a embolsarse un doblete pero acabó sin ideas y sin fuerzas.
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