martes, 22 enero 2013, 17:54
1.- Dado que el juego del Barça empieza por el principio, es decir, por su guardameta, la marcha (sin fecha cierta) de Víctor Valdés es más que un adiós: es un problema mayúsculo para el equipo catalán. En su manera peculiar de entender el juego, que a unos encanta y a otros aburre, el Barça necesita que su portero sea el primer distribuidor de balón, lo que le exige un gran dominio con los pies. Más que detener balones (que también), Valdés los pone en juego.
2.- Esta característica le ha generado tropiezos al equipo -el último hace pocos días ante el Málaga,Pinto mediante-, pero es tan básico en el modelo de juego como el control del ritmo de Xavi o la búsqueda de espacios libres entre líneas de Iniesta. Tiene sus hándicaps, pero es un modo de jugar que va en la sangre del equipo.
3.- Este profundo arraigo que se ha ido creando en el equipo constituye una fortaleza importante, pero al mismo tiempo una debilidad cuando se trata de sustituir a quien ejecuta siempre ese primer paso. Cuando es Pinto quien ocupa la portería, esa flaqueza se percibe en toda su magnitud: el Barça juega diferente porque el primer paso con que empieza el tránsito es, sencillamente, distinto. Bien, pues ahí está el reto.
4.- En las categorías inferiores del club hay buenos guardametas. El cuerpo técnico del club ha empleado a Oier Olazábal como tercer portero en numerosas ocasiones e incluso llegó a sentarse en el banquillo de Wembley como suplente de Valdés en la final de Champions. Pero una cosa es utilizarle como recurso y otra bien distinta pensar en él como recambio cierto del titular en la última década.
5.- Excelente guardameta es Jordi Masip, también del Barça B: unos reflejos portentosos, brillante en el cuerpo a cuerpo contra el delantero, ágil, exquisito con el juego con los pies... sufre por alto dada su estatura ajustada (alrededor de 1,80). Sufre, pero se defiende bien. Por alguna razón que se me escapa, Masip casi nunca entra en los planes de futuro del Barça.
6.- Más jóvenes, destacan poderosamente dos promesas magníficas. Tercer portero del filial, Miguel Ángel Bañuz, fichado del Elche hace año y medio, es un chaval espigado, también ágil, que va aprendiendo las exigencias barcelonistas del juego de pies. Titular rotundo en el Juvenil A del pasado año, esta temporada apenas tiene minutos en el Barça B por razones evidentes de experiencia y juventud. Su elevado potencial precisa varios años de maduración antes de soñar con el Camp Nou. Digamos, unos cuatro años como mínimo.
7.- Joseph Fabrice Ondoa, nacido en Yaoundé hace 17 años, es fruto de la Fundación Eto'o y cumple ya su cuarta temporada en el club catalán. Posee un potencial descomunal, tanto si miramos arriba como abajo, pies o manos. Rápido, competitivo, fiable, serio, parapenalties, su progresión es contundente año tras año. Pero necesita al menos seis años antes de poder ser el guardameta del Camp Nou.
8.- Dicho de otro modo: el Barça probablemente deberá fichar fuera porque en casa tiene excelentes porteros, pero extremadamente jóvenes (más abajo suben otros varios de mucho nivel). Y será bastante difícil encontrar un perfil "clónico" al de Víctor Valdés, por más que el juego de pies en un portero sea entrenable y mejorable y haya candidatos ya sobradamente conocidos.
y 9.- Pero existe otra opción que está pasando desapercibida y que, conociendo a Zubizarreta, yo no descartaría de raíz: que el Barça encuentre un gran portero aunque no posea la excelencia de Valdéscon los pies y el equipo modifique ligeramente la manera de iniciar el juego. Ahora puede sonar extraño, pero cuando a Zubizarreta se le preguntó por el "clónico" de Xavi dijo algo así como que cuandoHernández ya no esté, otro diferente llevará la batuta y la sinfonía sonará levemente distinta, pero reconocible. Quizás piensa algo similar con la portería
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