Tito, va por ti
El equipo quiere despedir el año brindándole el triunfo en Valladolid a su técnico
El vestuario azulgrana siempre se ha crecido ante las adversidades y hoy no será la excepción
Tito Vilanova seguirá el partido de hoy desde su habitación del
hospital de la Vall d'Hebron, en el que fue operado el pasado jueves
VALL
Roger Torelló
22/12/2012 06:00
Cuando los jugadores del Barça salten esta
tarde al césped del Nuevo Zorrilla para jugar el último partido de 2012
(18 h, C + Liga/Gol T) sólo tendrán un nombre en la cabeza: Tito
Vilanova. Aún afectados por el mazazo que ha supuesto la recaída del
técnico, los futbolistas quieren transmitirle toda su fuerza brindándole
la victoria ante el Valladolid. Tito no podrá estar en el banquillo,
sino que deberá conformarse con ver el partido desde su habitación en el
hospital de la Vall d'Hebron, pero sus hombres lo tendrán muy presente.
En la mente tienen grabadas las palabras que el entrenador les dedicó el miércoles, cuando les comunicó que se le había reproducido el cáncer pero que no se rendiría y que pronto volvería con ellos. El del Barça es un vestuario acostumbrado a las alegrías del triunfo, pero también a los reveses que da la vida: ya sucedió antes con Abidal y con el propio Tito. Sin embargo, lejos de hundirse ante las adversidades, los azulgrana siempre han reforzado más su unión para superar los obstáculos, y hoy no será una excepción. Hoy, los récords y la ventaja con los perseguidores -el Madrid podría quedar a 16 puntos si el Barça gana y los de Mou pinchan en Málaga- pasan a un segundo plano. El único objetivo es conseguir el triunfo para dedicárselo al entrenador que les ha hecho firmar el mejor inicio de la historia de la Liga. El mismo que les ha mantenido el hambre para seguir compitiendo en busca de más títulos tras una racha triunfal de 14.
Roura hará de Tito
Jordi Roura, actual segundo de Tito, será hoy el responsable de dar las instrucciones desde el banquillo visitante. A su lado tendrá a Aureli Altimira, preparador físico pero que también participa mucho de las cuestiones tácticas y que lleva trabajando con el vestuario desde el primer día en que Pep y Tito se hicieron con el equipo en 2008. El equipo viajó con las bajas de Song y Adriano y con el presidente Rosell al frente para liderar al grupo en este difícil momento.
El último escollo de este año será el valiente Valladolid de Djukic, un técnico que en su época de jugador entró en la historia del barcelonismo al fallar un penalti que valió para que el Dream Team conquistara en el año 1994 su cuarta Liga consecutiva. Al Barça no le va hoy el título, pero los tres puntos son más obligados que nunca. Tito se los merece.
En la mente tienen grabadas las palabras que el entrenador les dedicó el miércoles, cuando les comunicó que se le había reproducido el cáncer pero que no se rendiría y que pronto volvería con ellos. El del Barça es un vestuario acostumbrado a las alegrías del triunfo, pero también a los reveses que da la vida: ya sucedió antes con Abidal y con el propio Tito. Sin embargo, lejos de hundirse ante las adversidades, los azulgrana siempre han reforzado más su unión para superar los obstáculos, y hoy no será una excepción. Hoy, los récords y la ventaja con los perseguidores -el Madrid podría quedar a 16 puntos si el Barça gana y los de Mou pinchan en Málaga- pasan a un segundo plano. El único objetivo es conseguir el triunfo para dedicárselo al entrenador que les ha hecho firmar el mejor inicio de la historia de la Liga. El mismo que les ha mantenido el hambre para seguir compitiendo en busca de más títulos tras una racha triunfal de 14.
Roura hará de Tito
Jordi Roura, actual segundo de Tito, será hoy el responsable de dar las instrucciones desde el banquillo visitante. A su lado tendrá a Aureli Altimira, preparador físico pero que también participa mucho de las cuestiones tácticas y que lleva trabajando con el vestuario desde el primer día en que Pep y Tito se hicieron con el equipo en 2008. El equipo viajó con las bajas de Song y Adriano y con el presidente Rosell al frente para liderar al grupo en este difícil momento.
El último escollo de este año será el valiente Valladolid de Djukic, un técnico que en su época de jugador entró en la historia del barcelonismo al fallar un penalti que valió para que el Dream Team conquistara en el año 1994 su cuarta Liga consecutiva. Al Barça no le va hoy el título, pero los tres puntos son más obligados que nunca. Tito se los merece.
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