Griezmann salva al Barça del KO en el último minuto
El delantero francés marcó su segundo tanto en el último minuto del encuentro
El Ibiza dominó a un Barça que no encontró su juego y tuvo que recurrir otra vez a las individualidades
El Barça le dio la vuelta al duelo contra la UD Ibiza
gracias a dos goles de Antoine Griezmann, el último de ellos, en el
tiempo añadido | RFEF
El FC Barcelona sufrió de lo lindo para clasificarse para los octavos de final de la Copa del Rey. Los de Quique Setién fueron por detrás todo el partido y le dieron la vuelta en el último minuto gracias a un doblete de Griezmann. Mal Barça, al que le salvaron dos jugadas aisladas que el francés aprovechó.
Germán, Fran Grima, Gonzalo, Mariano, Kike López,
Núñez, Javi Lara (Sibo 76'), Javi Pérez, Pep Caballé (Fran Carbia 86'),
Rodado (Diego 73') y Rai.
FC Barcelona
Neto, Semedo, Lenglet, Junior, Sergi Roberto, Rakitic
Arturo Vidal 80'), De Jong, Riqui Puig (Arthur 70'), Carles Pérez (Jordi
Alba 58'), Griezmann y Ansu Fati.
Goles
1-0, Javi Pérez, min 9. 1-1, Griezmann min 72. 1-2, Griezmann, min 93
Árbitro
Pablo González Fuentes, del colegio asturiano. Amontestó a Kike López, Diego, Sibo, Fran Grima, Ansu Fati
Incidencias
Partido correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el Estadi Can Misses (Ibiza)
Los inventos pueden salir rana. Y si alguien lo duda, que se lo pregunten a Quique Setién.
El técnico cántabro volvió a innovar en su segundo partido como
entrenador del Fútbol Club Barcelona. Llegaba la Copa del Rey. Partido
único. En el campo de un Segunda B. Césped artificial y una afición que
vivía el partido de su vida. Muchos condicionantes para que te destrocen
el invento si no pones tus cinco sentidos. Y así fue. Setién salió con un 3-5-2 con Sergi Roberto, Lenglet y Junior de centrales, Semedo y Ansu de carrileros mientras que Griezmann acompañaba a Carles Pérez en la punta de ataque. En el medio, peloteros como Riqui Puig o De Jong.
A priori, un once para tener el balón y dominar el partido. Pero claro,
al fútbol, también se le tiene que poner ganas e intensidad. Y de eso,
en Ibiza, iban sobrados.
El partido arrancó con un Barça acomodándose en el terreno de
juego. Y así estuvo durante los primeros 45 minutos. Acomodándose.
Viéndolas pasar. Ni un disparo a puerta. Ni una falta peligrosa. Nada de
nada. Una circulación estéril que se moría en tres cuartos de campo
ante un Ibiza que tenía las ideas claras. Pablo Alfaro,
mítico defensa del Sevilla, había planeado un partido que le salió a la
perfección. Bloque unido, un punta descolgado y dos extremos rápidos
para sorprender. Y vaya si lo hizo. Antes de llegar a los diez minutos,
el veloz Rai se colaba por la banda izquierda y se la dejaba en bandeja a Javi Pérez para
que, entrando solo desde segunda línea, superara a placer a Neto.
Estallaba Can Misses. Las caras del Barça, un poema. Miradas pérdidas,
rostros cabizbajos y poco ánimo para dar la vuelta al partido. Y claro,
delante un Ibiza que olía sangre y quería hurgar en la herida. Y a punto
estuvieron de hacerlo. Por partida doble. Primero era Rodado el que superaba a Neto pero el colegiado lo anulaba por una falta previa a Lenglet. Se salvaba el Barça. Minutos después, la enésima pérdida del Barça provocaba que Rai disparase al palo y su rebote terminaba en saque de esquina. Se volvía a salvar el Barça.
La afición del Ibiza se lo pasaba en grande y cantaba “¿Dónde está Leo Messi?”. Eso debería estar pensando Quique Setién. El argentino se había quedado fuera de la convocatoria igual que Piqué y Busquets.
Era el turno para que otros jugadores sacaran la cara por el equipo y
le dieran la vuelta al marcador. Quedaban 45 minutos. Setién se
enfrentaba a su primera prueba de fuego.
SIN CAMBIOS EN EL DESCANSO
Ni de jugadores ni de sistema. Setién no cambiaba nada de su
planteamiento inicial. Y el partido tampoco cambió. El Ibiza se comió al
Barça nada más reanudar el colegiado. En actitud. Y en juego. Hasta que
lo paró el Barça. Pero no con su juego. Tres jugadores al suelo y el
balón detenido. Neto, el más dolorido. Cuatro minutos
se perdió. El Barça necesitaba despertar. Solo Ansu Fati le ponía
orgullo al asunto. El más pequeño de la clase intentando salvar la
papeleta. Movía el banquillo Setién. Entraba Jordi Alba.
Seguía el mismo dibujo. En las gradas cada vez se lo creían más. La ola
se repetía con gritos de “Sí se puede”. Era su día soñado. Les salía
todo. Y al Barça, nada. Rakitic, desde lejos, era el primero que hacia intervenir a Germán. Ansu, lo seguía intentando. Sin suerte. Entraba Arthur y se marchaba Riqui. Quedaban 20 minutos.
...Y APARECIÓ GRIEZMANN
El momento de todo o nada. O pasar o quedar eliminados a las
primeras de cambio. Y claro, allí tenían que aparecer las
individualidades. Y lo hicieron. Tardaron pero llegaron. Tuvo que ser De Jong el que filtrara una asistencia mágica para que Griezmann marcara. El francés superaba bien al guardameta en el uno para uno. Respiraba Setién. Despertaba el Barça. Setién metía la última baza, Arturo Vidal. Lo tenían que levantar. Por el escudo. Por su afición. Y lo volvieron a conseguir con el mismo guión. En esta ocasión era Jordi Alba quien asistía a Griezmann para que el francés marcara y remontara el partido. No hubo tiempo para más. Se salvó Setién. Se salvó el Barça en el último minuto. Los azulgranas estarán en octavos de final.
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