viernes, 14 de agosto de 2020

CRÓNICA: BAYERN 8-2 BARÇA. CHAMPIONS-LEAGUE

 

El ocaso vergonzoso del Barça

El Barça cae humillado en una noche indigna de su historia ante un Bayern apabullante en cuartos de la Champions


Luis Suárez tras el primer tanto del Bayern

Luis Suárez tras el primer tanto del Bayern / REUTERS / MANU FERNÁNDEZ

En el silencio del Estadio Da Luz, el Barça tal y como lo conocemos se acalló para siempre. La anunciada decadencia se confirmó ante esa tuneladora imparable que demostró ser el Bayern de Múnich. La arrogancia alemana de los días previos se evidenció justificada. Los azulgranas se han convertido en un equipo decrépito, de músculo flácido, incapaz de medirse ni de puntillas ante la potencia y la altura bávara. Su despedida temprana de la Champions, a las primeras de cambio, con una derrota inapelable (2-8), no por previsible resultó menos amarga. Nunca antes se había visto algo así. Ni en las peores pesadillas. La herida causada por la brutal goleada exige decisiones drásticas y sin precedentes.

Es hora de cantar los salmos de un ciclo glorioso que toca a su fin. Es hora de encarar cambios radicales, que seguramente pasarán por agitar de nuevo el banquillo, por ser la medida más evidente en lo deportivo y la más económica en el contexto de la pandemia. En los próximos días volveremos a hablar de Pochettino, Koeman o García Pimienta. No puede continuar Quique Setién, contratado como un valiente cruyffista y que será relevado como un entrenador sobrepasado y caduco.

Setién diseñó el partido de su vida con el realismo de las circunstancias. No fantaseó con atropellar al Bayern. Como estaba cantado, prescindió de la pose marchita de Griezmann y se agarró a la chicha que a menudo aporta Arturo Vidal. Curiosamente, un once muy parejo al que sucumbió con todo el estrépito sabido en Anfield la temporada pasada. Un equipo envejecido que ha perdido aquel vigor juvenil que le hizo temible. Antes se paseaba por Europa como un lobo; ahora es un cordero intimidado. Desde hace demasiadas campañas ya.

Cuatro goles en media hora

Los futbolistas del Bayern se asemejaron a aviones plateados atravesando la defensa líquida del Barça. A la media hora ya habían bombardeado con cuatro goles y desde ese momento solo cabía esperar que el bochorno no fuera excesivo. Se temió que el ridículo de Liverpool quedara empequeñecido. A eso se llegó. A pedir una clemencia que no se concedió. Insoportable.

Ya no basta con hablar de un orgullo que los jugadores no tuvieron. Fue una descomposición por incapacidad, por inferioridad táctica, por aplastamiento físico y también por una intolerable dejadez de los futbolistas. Ante gigantes como los del Bayern, el Barça pareció una clase infantil. Raramente un ocaso se ha podido retransmitir de forma tan cruda. Una destrucción en ‘prime time’.

Es la tercera humillación seguida en Europa. Y esta es la peor, por difícil que parezca. Ello habla mal de muchos estamentos del club, empezando por aquellos que han perfilado una plantilla en la que se han invertido millones y millones en su renovación durante ejercicios de forma futil. Han pasado secretarios técnicos, todos con su colosal error, y permanecen unas cuantas vacas sagradas en decadencia y un presidente plenipotenciario, con la última palabra en todos esos fichajes fallidos.

Estrépito organizativo

La suplencia de Griezmann evidencia ese estrépito organizativo. Otros 135 millones gastados para no variar un ápice el destino sonrojante de Roma y Anfield. Setién, que expuso al francés en la segunda parte, no lo sentó para dar protagonismo a Riqui Puig o Ansu Fati. A la hora de la verdad, ni a rejuvenecer el equipo se ha atrevido el cántabro en la recta final de su zozobra, maniatado por los galones de estrellas que por dignidad deberían poner su puesto en la plantilla a disposición de la directiva. Lo que hizo Piqué. Ni más ni menos.

Ni siquiera los infalibles ayudaron a dignificar este final de ciclo. Ter Stegen, el día que más necesitaba elevarse, jugó con el cuerpo blando e inseguro como nunca; Leo Messi empezó con efervescencia y acabó languideciendo al compás abatido de sus compañeros de caseta. Los azulgranas tienen piernas cortas. Aún pueden correr al principio, y tuvieron de hecho 10 minutos antes del chaparrón en que parecieron creerse algo (Suárez, Busquets y Messi pudieron marcar), pero en cuanto los alemanes apretaron el botón rojo, quedaron estrangulados, sin riego sanguíneo, cadavéricos.

Cada gol encajado tuvo su padre y su madre (particularmente calamitoso resultó la actuación de Semedo). Goles brillantes, combinatorios, de bella ejecución, de Muller (por doble partida), de Perisic, de Gnabry, de Kimmich, de Lewandowski y hasta de Coutinho dos veces. Pero el tamaño de la debacle obliga a mirar fijamente a la presidencia. ¿Hacia dónde lleva a este equipo? Cosas trascendentales deben ocurrir en los próximos días. Esta vergúenza de Lisboa obliga a ello. El Barça no merece esto.

Ficha del partido

BARCELONA 2
BAYERN DE MÚNICH 8

Barcelona: Ter Stegen (2); Semedo (2), Piqué (2), Lenglet (2), Alba (2), Sergi Roberto (2); Busquets (2), De Jong (2), Vidal (2); Messi  (2), Luis Suárez (2).
Técnico: Quique Setién (2).
Cambios: Griezmann (2) por Sergi Roberto (m. 46); Ansu Fati (s.c.) por Busquets (m.70).

Bayern de Múnich: Neuer (6); Kimmich (8), Boateng (6), Alaba (6), Davies (9); Thiago (8), Goretzka (7), Gnabry (9), Müller (8), Perisic (8); Lewandowski (7).
Técnico: Hansi Flick (9). Cambios: Coman (7) por Perisic (m. 67); Coutinho (8) por Gnabry (m. 75); Suele (s.c.) por Boateng (m. 76). L. Hernández (s.c.) por Davies (m. 84). Tolisso (s.c.) por Goretzka (m.84)

Goles: 1-0 (m. 4) Müller. 1-1 (m. 7) Alaba, en propia puerta. 1-2 (m. 22) Perisic. 1-3 (m. 28) Gnabry. 1-4 (m. 31) Müller. 2-4 (m.57) Luis Suárez. 2-5  (m. 63) Kimmich. 2-6 (m.83)  Lewandowski. 2-7 (m.85) Coutinho . 2-8 (m.89) Coutinho.
Árbitro: Damir Skomina (6), esloveno. Amonestó a Boateng (m. 43), Davies (m. 52), Luis Suárez (m. 54), Alba (m. 60). Kimmich (m.85). Vidal (m.90).
Estadio: José Alvalade, Lisboa

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