domingo, 10 de abril de 2016

REAL SOCIEDAD 1-0 BARÇA. JORNADA 32

La Real Sociedad no indulta al Barça

La Real Sociedad volvió a dejar en evidencia al Barça con un solitario gol de Oyarzabal

El Barça cayó en Anoeta SPORT.es
FICHA TÉCNICA

LIGA BBVA

Jornada 32ª

REAL SOCIEDAD

Rulli, Elustondo (Zaldua, m.75), Reyes, Mikel, De la Bella, Illarramendi, Xabi Prieto, Granero, Oyarzabal (Héctor Hernández, m.87), Zurutuza (Rubén Pardo, m.79) y Vela.

FC BARCELONA

Bravo, Dani Alves, Piqué, Mascherano, Sergi Roberto (Rakitic, m.70), Busquets, Arda (Jordi Alba, m.58), Rafinha (Iniesta, m.46), Messi, Neymar y Munir.

GOLES

1-0, Oyarzabal (4') aprovecha un centro de Xabi Prieto para conectar un espléndido cabezazo que supera a Bravo.

ÁRBITRO

Iglesias Villanueva (gallego). Mostró tarjeta amarilla a Illarra (24'), Arda (42'), Mascherano (67') y Piqué (92').

INCIDENCIAS

Partido disputado en Anoeta. 30.000 espectadores, rozando el lleno.
Tomàs Andreu
9-4-2016 | 22:20 H.
Se repitió la historia. Otro desastre en Anoeta tras encajar una dura derrota que alimenta las dudas alrededor del equipo azulgrana. Las rotaciones implantadas por Luis Enrique en el once -Alba, Iniesta y Rakitic se cayeron del once- no aportaron nada. La Real dejó patentes las carencias de un equipo que parece empecinado en dar emoción a una Liga que estaba sentenciada hace solo un mes.
Estaban todos advertidos. Con la Real, poca broma. Los resultados nefastos de las últimas temporadas y el discurso de Luis Enrique apelando a "la salida más complicada de la Liga" no sirvieron de nada. Anoeta se vino abajo cuando en el minuto 4, tras una internada por banda de Xabi Prieto, Oyarzabal le ganó la cartera a los centrales del Barça y conectó un espléndido testarazo que se coló casi por la escuadra de Bravo. Otro despiste, otra llegada por banda y otro mazazo en la primera llegada de la Real. El peor de los escenarios posibles para afrontar la tan cacareada 'maldición de Anoeta'.
Y eso que entre Munir y Neymar pudieron sentenciar en el minuto 2 cuando desaprovecharon un mano a mano con Rulli. Fue una acción aislada, un simple espejismo en el transitar por el desierto de todo el ataque azulgrana durante un primer periodo para olvidar.
Con el 1-0, la Real se sintió cómoda, cedió toda iniciativa con el balón, replegó líneas con orden y se limitó a tapar huecos. Ante ese panorama el Barça se atascó. El equipo no encontró la manera de romper por fuera -Alves y Sergi Roberto subieron la banda sin generar una sola superioridad-, por dentro se acumuló tal densidad de piernas que fue imposible habilitar un pasillo interior y los uno contra uno de los cracks se convirtieron en batallas aisladas de las que siempre salieron mal parados.
Un dato a tener en cuenta, en la primera mitad el Barça solo generó dos acciones de gol: la mencionada de Neymar y un disparo de Arda, que se estrelló en el cuerpo de Rulli. En el minuto 40, en el único despiste defensivo de la Real, Sergi Busquets asistió en largo sobre Messi, pero Leo, de forma incomprensible, no controló un balón con toda la ventaja del mundo. Un pésimo bagaje para un partido clave en el desenlace de la Liga.
Consciente de la empresa, Luis Enrique deshizo sus rotaciones. Iniesta saltó al campo y Jordi Alba empezó a calentar por banda. Antídotos para el juego cansino e insulso de un Barça sin recursos para mover el balón con velocidad. Don Andrés incluso lo intentó con un disparo desde la frontal. La reacción del equipo no fue para lanzar cohetes pero al menos el Barça recuperó algo de chispa y un punto de mordiente en sus aproximaciones al área de Rulli.
Sin embargo, se echaba de menos el acierto del último pase. Y cuando éste llegaba, como el de Piqué a Messi, ni tan siquiera Leo, en el 73', acertaba a romper el marco de Rulli. Desacertado el encuentro del crack argentino. Como el de Neymar. Y, especialmente, Arda.
Los minutos finales fueron bastante rocambolescos. Luis Enrique dio entrada a Rakitic y pidió a Piqué que ejerciera de nueve en busca de algún que otro centro aislado. Esta vez, el revulsivo brilló por su ausencia. En el colmo de los infortunios, fue de nuevo Messi quien tuvo un cabezazo que se encontró a un Rulli muy seguro en todo momento.
Las protestas por las continuas pérdidas de tiempo locales fueron síntoma evidente de la impotencia azulgrana frente a una Real ordenada y que supo en todo momento como maniatar a un Barça espeso como colectivo e inexistente a título individual.
La Real Sociedad no indulta al Barça
Messi tuvo un día desafortunado en Anoeta AFP

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