domingo, 27 de abril de 2014

VILLARREAL 2-3 BARÇA. JORNADA 35 LIGA

Villareal, 2 - Barça, 3

Va por ti, Tito

Paragraseando al desaparecido Tito Vilanova, el Barça tiró de 'pit i collons' para remontar un 2-0 adverso en su visita al Villarreal. Los azulgranas remontaron a base carácter y orgullo en la última media hora gracias a dos autogoles de Gabriel y Musacchio... y otro de Leo Messi (2-3)

Messi celebró su gol alzando los brazos al cielo
Messi celebró su gol alzando los brazos al cielo | Foto: AFP
Ricard López | 27.4.2014 | 21:48h.
El Barça sumó tres puntos que le mantienen en la lucha por la Liga cuando todo parecía ya perdido. Los triunfos del Real Madrid y el Atlético, sus dos antecesores en la tabla, le obligaban a no fallar en El Madrigal. Y estuvo a punto de despedirse del título ante el 'submarino'. Pero, finalmente, no fue así, y el equipo pudo brindarle el triunfo a Tito Vilanova, fallecido el viernes tras una larga enfermedad.
Las lágrimas de Sergio Busquets durante el minuto de silencio en memoria del ex entrenador barcelonista justo antes del partido fueron el fiel reflejo del estado anímico del equipo. El Barça, muy afectado por el fallecimiento del que fuera su técnico, tuvo que hacer de tripas corazón y sacar fuerzas de flaqueza en su visita a un Villarreal que todavía aspira a entrar en los puestos europeos.
El Barça no estuvo fino en El Madrigal. Y su juego no fue muy diferente al de las últimas semanas, en las que se le han escapado la Champions y la Copa del Rey. Pero el orgullo y la fe en sus posibilidades le llevó a protagonizar una remontada que parecía imposible. Con más casta y corazón que buen fútbol. Un triunfo de 'pit y collons', como diría Tito...
El equipo llega al tramo final de la temporada agotado física y mentalmente. El Barça volvió a mostrar su peor cara. Su fútbol lento, plano, horizontal e inofensivo le ha convertido en un rival previsible y vulnerable. Flirteó con el desastre, pero se salvó en el último momento.
El Barça estuvo a punto de pagar cara su lentitud y falta de profundidad. El portero Asenjo local apenas tuvo que intervenir en la primera mitad deteniendo dos inocentes disparos de Xavi, de falta en el 8', y otro de Messi en el 16'. Los azulgranas culminaron la mayoría de sus ataques colgando balones al área sin éxito. Algo lógico, por otra parte, si se tiene en cuenta la altura media del equipo. De hecho, no deja de ser sintomático que sus dos primeros goles llegaran de esta forma... pero en propia puerta.
El 'submarino' supo hacer daño a su rival al contragolpe. Sus ocasiones fueron más claras. En el 28', Giovani no llegó por muy poco a rematar en boca de gol un centro envenenado de Cani. Y en el 43', Bartra salvó bajo palos un chut a puerta vacía de Aquino.
Esa acción fue el preludio del 1-0, que llegó pocos segundos después. La defensa del Barça volvió a flaquear en defensa, uno de sus grandes males esta temporada. Cani, colándose por el centro como Pedro por su casa, se plantó solo ante Pinto tras recibir un gran pase en profundidad del hiperactivo Cani. Totalmente solo. Y batió al meta azulgrana a placer (45').
El gol en el llamado 'minuto psicológico, justo antes del descanso, hizo justicia a los méritos de los locales. Y eso que, en la primera media hora, su entrenador Marcelino García tuvo que hacer dos cambios tras lesionarse Perbet y Pina. Pereira y Aquino entraron en su lugar.
El Barça reaccionó y sacó todo su orgullo y su casta en la reanudación. Messi se entonó y el equipo empezó a ser otro. El '10', casi desaparecido en la primera mitad, salió más 'enchufado' y avisó a Asenjo en el 51' a la contra y el 53' de falta.
Pero, justo cuando los azulgranas empezaban a levantar cabeza, el Villarreal marcó el 2-0. Trigueros, desmarcado en el área, cabeceó a placer un centro de Aquino sin que nadie se interpusiera en su camino (54').
El Barça supo levantarse. Martino buscó la reacción dando entrada a Cesc y Tello por Alexis y Xavi, en el 61'. Y la apuesta funcionó.
La suerte sonrió a los catalanes con dos tantos en propia meta. Del 2-0 se pasó al 2-2 gracias a dos autogoles de Gabri y Musacchio. Los dos defensas del Villarreal introdujeron el balón en su red al desviar sendos centros de Alves. En primero, de rebote, en el 65'. Y el segundo, con muy poco tino, al intentar despejarlo de cabeza a córner (78').
El empate dio alas a un Barça que, entonces sí, pasó a creer ciegamente en sus posibilidades. Messi, en el 81', obligó a lucirse a Asenjo en otro lanzamiento de falta. Y, en el 83', marcó el 2-3, enviando a la red un balón suelto en el área. Un triunfo que le permite seguir soñando con la Liga.

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