1.- El partido lo empiezan 3 centrales, un doble pivote y dos laterales jugando de extremos, con Xavi por delante de los dos mediocentros, en una disposición que recuerda la de la selección española. El resultado es similar al de la Roja: la disposición deja a Xavi por delante de la elaboración recibiendo de espaldas, esperando que un pase filtrado llegue a Messi y Cesc. Mal asunto: equipo encasquillado.
2.- La presión muy alta y asfixiante del Villarreal ensucia toda la salida de balón y rompe cualquier opción de jugar a lo que juega el Barça. Ya ni siquiera es precipitación, descontrol o engullir en vez de masticar: es que no puede salir con limpieza para empezar a dar los primeros pasos en tierra firme y escalonarse como le conviene.
3.- ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué se atreve tanto el Villarreal? Porque el fútbol, como cualquier deporte, se construye desde convicciones e incertidumbres. Hoy día, cualquier equipo sabe que el Real Madrid intentará vencerle por aplastamiento. Lo saben los rivales y lo sabe el Madrid y la profecía se autocumple. Del mismo modo, todos saben que el Barça ha dejado de someter a los contrarios en sus visitas, que Messi sólo ha logrado cuatro goles a domicilio y que Piqué y Xavi están lejos de su buena forma. Por tanto, se atreven. Y lo consiguen.
4.- En el ámbito de los mecanismos mentales, el Barça actual tiene dos problemas: el citado, es decir, una menor jerarquía sobre los rivales en las visitas (que no en el Camp Nou); y una dificultad inmensa en seguir activado al 100% dos veces por semana después de tantos años de éxito. Frente a ambos problemas, Guardiola intenta encontrar soluciones futbolísticas porque las motivacionales nunca pueden forzarse: para ser reales y profundas deben llegar como fruto de las actuaciones y no al revés. No sirve de nada un vídeo motivador si debes usarlo 65 veces por temporada.
5.- La faceta mental del Barça actual es un ámbito sin solución inmediata: no es casualidad que el equipo conquistara la Supercopa de España pese a unas condiciones físicas deplorables y ante un Madrid colosal; ni que barriese al Oporto en la Supercopa de Europa en medio de un patatal; ni que descuartizara al Santos en la final del Mundial de clubes; ni que venciese con solvencia al Madrid en el encuentro liguero de diciembre. En esos partidos, los artistas se vistieron de smoking y brindaron grandes actuaciones. Pero ahora mismo no tocan partidos de smoking, sino de barro.
6.- Conseguidos los tres títulos en juego y llegados los partidos del barro, la dificultad mental se incrementa. A quien no ha practicado deporte de alto nivel le cuesta comprenderlo, pero es así: todo campeón necesita un respiro pero, en cuanto respiras, zas, hasta el más flacucho te da un sopapo. Y tras 42 meses consecutivos de éxitos históricos, no hay charla motivadora que te motive. Has de respirar hondo. Y sólo regresarás cuando te hayas llenado los pulmones de oxígeno, no antes. A Messi le está sucediendo.
7.- Para solventar este conflicto, que conoce desde hace meses, Guardiola toca teclas en lo futbolístico. Teclas con dificultades porque las intermitencias de Iniesta y Pedro son una hemorragia, al igual que la baja forma de jugadores fundamentales, como Piqué y Xavi. El entrenador no acierta colocando dos mediocentros como protección: las circulaciones se espesan, Xavi recibe de espaldas y el mensaje que percibe el equipo es de temor, feo mensaje tras el miedo sufrido el miércoles ante el Madrid.
8.- Al descanso se corrige, retornando a Busquets –autor de un partido que, en otras condiciones, sería considerado legendario por su brillantez- a la posición del 4 y retrasando a Xavi para que construyera desde la base. Para entonces, el Villarreal había dejado de presionar arriba y esperaba abajo, fundidas todas sus bielas en una noche espectacular de Senna, Bruno, Cani y Borja Valero como defensores de su cuadrado central.
9.- Ha sido entonces, digamos la última media hora de partido, cuando se han percibido las virtudes y defectos del momento. Los centrales se ha plantado en el círculo central; Busquets ha rescatado balones en toda la zona de tres cuartos; y el cuero ha circulado hacia fuera para que terminasen los de dentro. A cambio, la angustia ha precipitado los movimientos de una orquesta que se ha ido desafinando durante semanas de tanto buscar al primer violín.
10.- La paradoja actual es interesante y todo un reto para esa afición barcelonista tan convencida, en estos años de éxito, de haber dejado atrás el victimismo para acceder a una nueva dimensión: la de la certeza de que el juego de posición es un punto de partida irrenunciable. En la dificultad de los formidables 7 puntos de desventaja respecto del Madrid se percibirá cuánto había de impostor en la aureola del éxito y cuánto de creencia firme.
11.- Villarreal certifica que las dudas sembradas ante Espanyol, Betis y Real Madrid estaban fundadas: frente a los problemas (baja forma, lesiones, dificultad de motivación), el equipo respondió corriendo de manera frenética y descontrolada, como si con ello fuese a ahuyentar los conflictos. La respuesta, que Guardiola conoce perfectamente aunque sus declaraciones digan lo que dicen, es futbolística y solo futbolística. No son las carreras; es el juego.
y 12.- Le toca saltar obstáculos y gestionar recursos. Respirar hondo, regresar a los fundamentos básicos, colocar a cada uno en su sitio y volver a masticar, despacito y con buena letra. Iniesta y Pedro volverán del fisio; Piqué recuperará su jerarquía; Xavi y Messi, la forma; y Cesc acabará por comprender lo que su equipo necesita. Por el camino, es muy probable que al Barça se le escape la Liga, pero habrá recuperado el pulso.
- Villarreal-Barça (Liga, 20ª jornada) 28-Enero-2012. El Madrigal. 0-0
- Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)