Reconvertido en 9 profundo desde finales de noviembre, cuando Guardiola enterró (¿definitivamente?) el falso 9 y probó con un punta clásico para fijar centrales y lateral diestro con un solo hombre. Ensayó con Villa, distrajo con Pedro y eligió a Alexis. Se estrenó el 10 de diciembre en el Bernabéu y ya vimos: tres cuartas partes del frente de ataque fueron suyos. Todo el territorio que va desde la banda izquierda hasta la linde con la derecha, en manos de un único atacante. Alexis Sánchez, piernas de extremo, espíritu de velocista, encargado del nuevo sacrificio táctico: “Ve y enfréntate a las rocas”.
Desmarque de ruptura y desmarque de apoyo. Las herramientas de Alexis para afrontar las rocas. Al exigir la supervisión de tres defensores, el chileno abre el camino de sus compañeros de atrás. Es el zapador que construye los puentes para Messi, Iniesta y Cesc. Es el explorador que rebana la maleza para abrir paso al convoy. Probablemente, éste no será su rol definitivo en el Barça, sino uno más en un largo camino. Alexis es un diamante de tamaño gigante al que Guardiola irá puliendo con los años. El nuevo Eto’o. Pero con feeling.
El 9 profundo supone un cambio (¿provisional?) de paradigma. Un cambio radical. Hasta el momento, uno de los principios básicos del modelo era “ser anchos para ser profundos” (copyright @ParadigmaPep ), pero ha girado radicalmente y ahora es: “Ser profundo para ser anchos”. Profundo en singular. Anchos en plural. Cambio de paradigma.
- Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)