lunes, 23 de abril de 2012

El mensaje de Guardiola al equipo: "Nos jugamos el futuro"

El mensaje de Guardiola al equipo: "Nos jugamos el futuro"

Guardiola les pidió un último esfuerzo de cara al "partido más importante de la temporada"

Pep Guardiola conversa con sus jugadores antes de iniciarse el entrenamiento | Foto: FC BARCELONA
Javier Miguel | 23.04.2012 | 04:05h
 
Pep Guardiola vio ayer a sus jugadores 'tocados', cabizbajos y alicaídos. Está claro que este vestuario no está acostumbrado a convivir con la derrota, por lo que cualquier traspié afecta de un modo cruel y a veces hasta excesivo. El técnico constató, cuando reunió a sus hombres en el campo uno de la Ciutat Esportiva Joan Gamper, que se podía ir olvidando de toques de atención o cualquier correctivo parecido. No era tampoco momento de grandes discursos ni consuelos que sonasen a políticamente correctos.
Pep utilizó la vía más pragmática, pidiendo a us hombres un último esfuerzo de cara al “partido más importante de la temporada”. Les aconsejó que intenten “recuperarse bien, comer sano, descansar todo lo que podáis, desconectar de fútbol y estar con la familia o los amigos”, con el fin de que lleguen con el 'chip¿ cambiado a partir de esta tarde cuando el equipo regresa a los entrenamientos. Será entonces el momento de pensar “exclusivamente en el partido del Chelsea”, un encuentro que “marcará nuestro futuro”.
Y es que está claro que si el equipo cae eliminado mañana se avecina un mes complicado con un calendario donde el Barcelona no se jugaría nada hasta el 25 de mayo, cuando tiene una cita con el Athletic en la final de la Copa del Rey que se jugará en el Vicente Calderón.
Evidentemente, mucho, demasiado tiempo, donde el entorno seguramente tendría muchas cosas que decir y la caverna mediática aún más donde explayarse y hurgar en la herida abierta.
En cualquier caso, este breve pero sensato discurso de Guardiola sirvió para 'enchufar¿ a sus jugadores, sabedores que un triunfo por más de un gol mañana ante el Chelsea les daría el paso a la final de la Champions. El de Santpedor consiguió que el abatimiento y la rabia tras la derrota ante el Real Madrid se transmutara en un sentimiento de revancha y en un convencimiento de darle la vuelta a la eliminatoria con sus mejores armas: fútbol y juego de ataque.
Cuando los jugadores finalizaron la sesión y se encerraron de nuevo en el vestuario, la dinámica había cambiado totalmente. Ya no había rostros serios ni abatidos sino un sentimiento general que no se puede escapar la final en Múnich. Lo mejor es que a partir de esta tarde, este convencimiento se apoderará de todo un país y de una afición que sabe que su equipo nunca le ha fallado en estos cuatro últimos años.
Enfado
No podemos obviar un pequeño pero trascendente incidente que se vivió en el seno del vestuario blaugrana el pasado sábado a primera hora de la tarde, cuando faltaban solo unas horas para que comenzara el partido contra el Real Madrid.
Resulta que se filtró el equipo que había ensayado a puerta cerrada esa misma mañana en el Camp Nou. Es decir, casi cinco horas antes de comenzar el partido, José Mourinho ya tenía información privilegiada de cómo pensaba Guardiola sorprender a los madridistas. Así pues, el efecto Thiago y Tello se disipó de una manera tan inesperada como inoportuna.
Esta filtración indignó de tal manera al cuerpo técnico blaugrana que se llegó a plantear muy seriamente un cambio táctico al comprobar que todas las webs informaban de sus planes iniciales.
Rápidamente se buscaron los posibles orígenes de la filtración, aunque ya se sabe que en la mayoría de ocasiones es como buscar una aguja en un pajar.
Lo que es indudable es que la noticia afectó en cierto modo al planteamiento táctico del Barcelona al mitigarse sobremanera el efecto sorpresa, aunque evidentemente sería de mal perdedor excusarse en esa filtración para explicar la derrota.

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