jueves, 19 de abril de 2012

La amargura de una derrota muy injusta

La amargura de una derrota muy injusta

Josep Maria Casanovas | 19.04.2012 | 04:05h
 
EL BARÇA MERECIÓ MUCHO MÁS. Pocas veces un resultado es tan injusto como el de anoche en Stamford Bridge. El Barça jugó para ganar y salió con un mal resultado. Dominó de principio a final al Chelsea y no le sirvió de nada. Disparó más veces a portería, lanzó muchos más córners, estrelló dos balones en los postes y se fue con la amargura de una derrota no merecida. Así de traicionero es el fútbol. Si fuera a los puntos como el boxeo, por méritos, hubiesen ganado por goleada. Toda la suerte que tuvieron hace tres años en este mismo estadio londinense, ayer les dio la espalda. Con decir que Víctor Valdés no hizo ninguna parada está dicho todo. Llegaron una vez y Drogba no desaprovechó la ocasión. Los ingleses fueron cobardes y conservadores. Siempre fueron a remolque, se limitaron a desactivar a Messi, dejaron la posesión del balón al rival, nunca llevaron la iniciativa y encima tuvieron suerte.
TODO FUE EN VANO. Este partido se repite diez veces y el Barça gana nueve. La primera parte fue una lección de fútbol, de estrategia, de controlar el partido. Un baile con un solo equipo dando espectáculo. Lástima que en el último minuto, en la única perdida de balón en el centro del campo, los ingleses montaron un rápido contraataque y con solo cuatro toques Drogba se planto delante de Valdés y la clavó. Los barcelonistas se fueron al descanso cabreados y dolidos. Con el gol a favor, el Chelsea ya tenía argumentos para seguir jugando a la defensiva, a verlas venir, frente a un Barça que en ataque le faltó poner la quinta velocidad. Demasiadas paredes, demasiados pases al pie, demasiado juego horizontal. Faltó velocidad y profundidad, les costaba mucho tener posición de disparo. Aun con estas limitaciones, en la segunda parte el Barça volvió a tener tres ocasiones claras y otro poste en el último minuto. Todo fue en vano.
TOCA REMONTADA. La vuelta en el Camp Nou será complicada. El Chelsea repetirá línea por línea el mismo planteamiento. Dos barreras de cuatro jugadores al borde del área. Todos atrás y encomendarse a Drogba en ataque. Confiemos en la fuerza de la afición, que Messi entre líneas se mueva con más rapidez, que los extremos sean más incisivos y que en defensa sigan atando corto a su estrella goleadora. Ayer se perdió una gran ocasión para dejar encarrilado el pase a la final de Múnich. El único consuelo que nos queda, que no es poco, es que el Barça demostró ser muy superior al Chelsea y queda el partido de vuelta para confirmarlo y rubricarlo. Toca remontada con épica incluida.

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