Alfons Godall, ese hombre al que no le gustan los pilotitos madridistas y periquitos, ha saltado al ruedo para poner en solfa la credibilidad de los órganos del fútbol español. El hallazgo periodístico consiste en que un ex directivo del Barcelona reconoce la existencia de un flujo de poder que deja a la Federación Española de Ángel María Villar como un mercado persa. Godall, con cara de empate a cero, airea que Laporta cultivó excelentes relaciones con un ente que, por lo que se deduce, dejó de estrechar lazos con el Real Madrid. Godall salpica porquería, voluntaria o involuntariamente, al mejor equipo del mundo. También amplifica la sensación generalizada de que la Federación funciona como 13 Rue del Percebe, prestándose al juego de la silla. De postre, insta a la UEFA a tomar cartas en el asunto, al dejar caer que Laporta, el cultivador de relaciones, usaba los pasillos europeos como los patrios. El discurso de Godall, a caballo entre Perogrullo y Mario Conde, está ahí. Ahora es el turno de Federación, Barça y UEFA. Toca elegir: la táctica del avestruz o los juzgados. Después de tres años de patrañato, la interpretación torticera está de fiesta, porque ven en Godall la carta de naturaleza del villarato. Más audiencia para rato.Si, la naturalidad. La que confiere el estatus de siempre. Ese estatus con el que crecieron, al que se acostumbraron y al que no quieren renunciar. Responde a una regla de oro: cuando tu equipo gana, es el mejor. Y cuando no, todo forma parte de un complot. Aquel estatus duró setenta años y supuraba ofrendas florales al Comité Técnico de Árbitros. En aquella época, el cultivo de hortensias al estilo Godall estaba de moda. Los árbitros tuvieron 26 presidentes que decidieron, a dedo, quién y cómo debía arbitrar en España. Una aplastante mayoría de esos presidentes llegaron a esos cargos después de ser jugadores, socios o directivos del Real Madrid. Entonces, a pesar de sus excelentes conexiones con el arbitraje, nadie puso en duda los títulos y grandes éxitos del Real Madrid. Fue el mejor equipo del mundo en el campo, no en los despachos. Así le recuerda la historia y así merece ser recordado. Nadie dudó de la higiene de la competición, ni ensució la imagen del Madrid. Pero si las ofrendas florales, tan bien cultivadas, existieron siempre, la pregunta es ¿por qué ahora si hay barra libre para dudar de los éxitos del Barça? Bienvenidos al 'estado natural' de las cosas. O todos limpios, o todos sucios. Prefiero creer en la honradez de las personas. El mercado persa, para otros. El fútbol es Di Stéfano y es Messi. El que no soporta a los pilotitos madridistas y periquitos, Godall, no es fútbol. Aunque los pretorianos del 'estado natural' de las cosas lo festejen como un gol.
Rubén Uría / Eurosport
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
que mal ha hecho al barcelonismo las palabras de godall, queriendo defender al barça en contra de la gestión de rosell, no se ha dado cuenta de los argumentos que ha dado a la caverna sobre el villarato....como muchas veces, ya he comentado...laporta siempre cultivó las buenas relaciones institucionales con la federación...que es lo que tenía que hacer para no sufrir injusticias...pero, una cosa es lo que hizo y porqué lo hizo y otra, airear que esas relaciones, efectivamente, tenían un resultado positivo...si eso lo enarbolas como bandera anti-rosell, pones en la picota los éxitos culés de la época de laporta...en fin...pasará como pasan todas las cosas...mientras...queramos o no queramos, perjudicados cada semana y los merengues, escándalo va y escándalo viene, arriba como si jugarán tan bien como indica su puntuación, aunque a mi me da que el juego y los puntos que tienen no van de la mano...uys!!! he dicho mano?!!!!

No hay comentarios:
Publicar un comentario